Por Germán Wiens | En el Municipio de Lavalle, provincia de Corrientes, se inauguró un área específica a los Derechos Humanos en la biblioteca Municipal. El mueble que alberga los libros de la sección Abel Arce, perteneció a Enrique Vassel, dirigente Peronista ya fallecido quien vivió en Puerto Viejo (Lavalle) y fue donado por su hijo Pablo, a la vez mentor de la iniciativa. Los libros fueron aportados anónimamente por personas comprometidas con los Derechos Humanos. | InfoGoya
Esa parte de la biblioteca se llama ABEL ARCE, en homenaje al joven desaparecido de esa pequeña localidad correntina. ¿Qué se puede decir de Abel? Que era agricultor, que vivía en el Paraje La Bolsa, Departamento Lavalle, Provincia de Corrientes.
Su historia personal pudo reconstruirse a través de los testimonios brindados en el Juicio llevado a cabo por su desaparición. Por los diferentes testimonios y también documentación. Así se puede seguir su derrotero desde el ingreso a la Compañía de Telecomunicaciones 121 para hacer el servicio militar
En marzo de 1976, el soldado Arce mientras cumplía con el servicio militar fue detenido por su participación en las Ligas Agrarias, fue llevado a un calabozo de la Compañía de Telecomunicaciones 121, en Goya, donde fue visto por el jefe de guardia de los calabozos Ángel Vicente Panetta, hecho reconocido en juicio. Luego se lo traslada a la “casita al lado del río” donde su presencia es corroborada por todos los detenidos en la “pajarera”, allí es torturado bárbaramente. Pareciera que no alcanzaba con los padecimientos que le habían hecho sufrir, el ensañamiento no tenía límites, se lo llevó a otro centro de tortura, el Campo Hípico, donde fue duramente sometido a tormentos por suboficiales del ejército y de la policía federal. Seguramente la memoria juega una mala pasada, pero recuerdo algunos apellidos como Córdoba, Baigorria, Molinari. Pero insisto no eran los únicos, había más perversos delincuentes. En un momento dado, lo alzan a un vehículo y lo “trasladan”, en realidad lo llevan atado y encapuchado, a la Brigada de Investigaciones de Resistencia, Chaco (fábrica de horror), junto a otro detenido, que sobrevive y pudo dar su testimonio.
Abel Arce, aparentemente queda en Resistencia, al menos es donde es reconocido meses más tarde por varias víctimas que testimoniaron la experiencia del horror. Allí fue visto con vida por última vez. Aquel joven agricultor, nunca pudo dar testimonio de su secuestro y martirio. Su final el mismo que miles de compatriotas.
Aquellos que hicieron desaparecer y asesinaron después de torturarlo, a Abel Arce, son los mismos que para esa época quemaban los libros. Por eso es sumamente relevante, la creación de un espacio de cultura, un hogar de libros, es plantar una flor en el desierto de la cultura liberal - conservadora.
Cada vez que algún estudiante de Lavalle, consulte un libro estará haciendo ejercicio de un derecho humano, de ese derecho que nadie regala, que tienen su propio medio de producción, su propia materialidad. Sólo leyendo se promueve la escritura y es una forma de promover el combate a la cultura represora.
Cada vez que se consulte un libro en esa biblioteca, Abel Arce, seguirá en la lucha por la que le quitaron vida, seguirá plantando, no ya como agricultor, hundiendo sus manos en la fértil tierra, sino gestando brotes en la esperanza libertaria de los pueblos sometidos.
Esa siembra embellece la vida.