Con más de 60 personas en la sede de MEDEHS, el viernes proyectaron «Todxs somos López: donde empieza la vida y termina la muerte». Un largometraje documental sobre los días sin Jorge Julio López, testigo y querellante en el primer juicio por genocidio en Argentina, en 2006. Estuvo presente Nicolás Alessandro, uno de los realizadores del film.
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Estaba previsto realizar la proyección en la Plaza de la Democracia y la Memoria «Monseñor Alberto Devoto» pero el viernes llegó con lluvias y la organización tuvo que cambiar de lugar a la sede de calle España 220.
«Hubo mucha gente y nuestro salón quedó chico» dijo Osmar Bello, presidente de MEDEHS. También habló sobre el documental: «Es una visión de los familiares, de lo que le pasó a López. Hay como un sentido de culpa porque López nunca les dio todo el mensaje de lo que le pasó a él, resguardando a su familia. Que es lo que a veces ocurre en estos casos».
La iniciativa de proyectar este film surge de los militantes más jóvenes, lo que fue ponderado por Bello, como una acción necesaria para este momento: «Para la época, en el mes de enero hay que tener en cuenta que no hay nadie en la calle. Como la militancia está un poco caída, me pareció muy bueno el encuentro y la temática llegó».
Julio López: el protagonista de la historia
Había sobrevivido a los campos de concentración de la dictadura argentina a finales de los 70´, desapareció por segunda vez en 2006 el día de la lectura del veredicto que condenaría a sus secuestradores.
Su hijo Ruben López y su nuera Koqui Dalieri nos van contando cómo fueron los treinta años entre que López fue secuestrado en 1976 y 2006, cuando dio un testimonio completo: como López elaboró el trauma y el silencio que le impuso durante décadas el contexto social. Acompañado por el periodista Miguel Graziano, Ruben recorre los centros clandestinos en los que estuvo secuestrado su padre. Va encontrándose con esa historia que su padre guardó para protegerlo en su infancia y adolescencia.
La militante Nilda Eloy y el abogado Anibal Hnatiuk revelan detalles de la segunda desaparición de Jorge Julio López y las trabas a la investigación desde 2006, señalando el rol de una Policía Provincial que, tres décadas después de la dictadura, sigue con restos y resabios del aparato genocida.
Helen Zout y Hugo Vidal, entre otrxs artistas, cuentan y muestran como la imagen y el arte,mantienen el reclamo por López vivo. Un grupo de actores se juntan a ensayar y recitar las palabras de un audio perdido de López; un grupo de militantes salen a pegar afiches por la causa en la noche platense.
Los escritos de Jorge Julio López, así como el testimonio que dio 2006 aparecen una y otra vez. La palabra de su esposa, Irene Savegnago, nos interpela en búsqueda de justicia.
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