Clima de tensión en el Concejo Deliberante de Goya: acusaciones cruzadas y fractura política tras el libre uso de la palabra

La cuarta sesión ordinaria del Honorable Concejo Deliberante (HCD) de Goya concluyó con un tono muy alejado de la institucionalidad que se espera de un recinto legislativo. En el tramo final de la jornada, durante el espacio de “Libre Uso de la Palabra”, se desató una fuerte escalada de tensiones, acusaciones de autoritarismo, arbitrariedad y falta de respeto institucional entre ediles del oficialismo y de la oposición.

Lo que venía siendo una sesión ya marcada por el debate sobre la interpretación del reglamento interno respecto al manejo del presupuesto del cuerpo, terminó por exponer las fracturas internas del Concejo, los reproches acumulados y el descontento generalizado por la forma en que se están conduciendo los asuntos legislativos.

“Esto no es un comité político”: Mazzaro encendió la mecha

El primero en tomar la palabra fue el concejal Sebastián Mazzaro, del Partido Popular, quien cuestionó duramente la decisión del presidente Pedro Cassani (h) de rechazar el proyecto de interpretación sobre administración de fondos, calificándola de “arbitraria” y “una falta de respeto al cuerpo legislativo”.

“Este no es el comité de ELI (Encuentro Liberal Independiente). Circula gente que no sabemos quién es ni qué funciones cumple. Y se contrata personal sin que se consulte al cuerpo”, disparó.

Mazzaro también acusó al presidente de no rendir cuentas, ni dialogar con los bloques, y de interpretar el reglamento “como le conviene en el momento”.

“Hoy se decide una cosa, mañana otra. Nadie va a creer en este cuerpo si seguimos así”, sentenció.

Respuesta del presidente y acusaciones personales

La intervención del presidente Cassani no tardó en llegar. Con tono firme, aclaró que su decisión se basó en el artículo 182 del reglamento interno, que exige dos tercios para modificaciones de índole económica. Luego, cruzó personalmente a Mazzaro, recordándole que su esposa trabaja en la Viceintendencia.

“Le recuerdo que su esposa fue ingresada al área de ELI. No me hable de ética”, lanzó, generando un murmullo de incomodidad en el recinto.

Este cruce personal tensó aún más el ambiente y generó reacciones inmediatas por parte de otros ediles.

Gortari y Pérez Carballo pidieron cordura y recordaron al Papa Francisco

Desde el bloque Unión por la Patria (UxP), las concejalas Cecilia Gortari y Lorena Pérez Carballo intentaron bajar el tono de la discusión y recordaron que toda la sesión se había iniciado con un minuto de silencio por el fallecimiento del Papa Francisco, un gesto de unidad que contrastaba con el clima posterior.

Gortari citó principios de discernimiento del Sumo Pontífice como “la unidad por sobre el conflicto” y “el respeto por las diferencias”, instando a los presentes a adoptar una actitud más reflexiva y respetuosa en su labor.

“La mejor forma de honrar su legado es aplicar estos principios aquí, donde representamos al pueblo”, dijo.

Pérez Carballo respaldó lo dicho por su compañera de bloque y defendió la decisión del presidente de rechazar el proyecto. “No fue una interpretación. Se estaba incorporando una modificación que requería mayoría especial. El presidente no faltó el respeto, simplemente hizo cumplir el reglamento”, afirmó.

Refojos: “Lo que vivimos hoy fue autoritarismo”

La concejal del PRO, Gabriela Refojos, fue categórica:

“Hoy vivimos autoritarismo y arbitrariedad. Acá todos tenemos derecho a opinar y a ser respetados”.

También reafirmó que, a su criterio, el proyecto no constituía una modificación reglamentaria, sino una interpretación. “Fue una pena que hayamos vivido esto”, expresó, sumándose a las voces que cuestionaron la actitud del presidente.

Un cuerpo dividido y una institucionalidad en crisis

Lo vivido en esta sesión expone no solo una profunda división política, sino también una crisis en los principios de funcionamiento y respeto institucional del Concejo Deliberante. El espacio del “libre uso de la palabra”, pensado como una instancia para expresar ideas y posiciones con libertad, se transformó en un campo de batalla política.

Con acusaciones personales, referencias familiares, reproches por la gestión administrativa y cuestionamientos al liderazgo del cuerpo, quedó en evidencia que el HCD de Goya enfrenta un momento de alta fragilidad institucional, donde la falta de diálogo, el desgaste político y la desconfianza entre bloques amenazan con paralizar la agenda legislativa.


¿Qué sigue?
El desafío inmediato para el cuerpo será restablecer canales de diálogo, generar consensos básicos y retomar una práctica parlamentaria basada en el respeto mutuo, si se pretende recuperar la confianza de la ciudadanía en sus representantes.

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