La ciudad de Goya enfrenta una situación crítica con la prolongada paralización de las obras de su costanera, un proyecto emblemático que lleva 29 meses detenido y que afrontará su tercera Fiesta Nacional del Surubí en estas condiciones. Lo que debería ser una obra de orgullo para los ciudadanos se ha convertido en símbolo de cuestionamiento hacia la gestión pública local y provincial.
INVERSIÓN MILLONARIA SIN RESULTADOS VISIBLESLa falta de transparencia en la gestión de recursos públicos destinados a la costanera goyano ha generado preocupación entre los ciudadanos. Actualmente, el cartel exhibido en la zona de construcción indica una inversión de 7.000 millones de pesos. Sin embargo, este monto representa solo una parte de lo que realmente se ha destinado al proyecto.
Las etapas 1 y 2 de la obra, cuyos carteles informativos no exhibían los montos invertidos (contrario a lo que establece la legislación vigente), significaron un desembolso de aproximadamente 2.000 millones de pesos. Considerando la inflación y el tiempo transcurrido -más de dos años-, este valor actualizado representaría aproximadamente 6.000 millones de pesos en la actualidad.
A estas cifras debe sumarse la etapa 3, que implicó un gasto adicional de 900 millones de pesos. De esta manera, el costo total de la obra paralizada y aparentemente abandonada alcanzaría los 14.000 millones de pesos, una suma considerable de recursos públicos sin resultados concretos para la comunidad.
IMPACTO EN LA FIESTA NACIONAL DEL SURUBÍLa paralización de la costanera adquiere mayor relevancia en el contexto de la próxima celebración de la Fiesta Nacional del Surubí, uno de los eventos turísticos y culturales más importantes de la región. Por tercer año consecutivo, esta celebración deberá realizarse con la obra inconclusa, afectando tanto la experiencia de los visitantes como la imagen de la ciudad.
La costanera no solo representa un atractivo turístico fundamental para Goya, sino también un espacio de recreación y encuentro para los habitantes locales. Su paralización prolongada genera impactos negativos en múltiples ámbitos, desde el turismo hasta la calidad de vida urbana de los goyanos.
CUESTIONAMIENTOS A LA GESTIÓN PÚBLICALa situación ha despertado interrogantes entre la ciudadanía respecto a la gestión de las administraciones municipal y provincial. Los 29 meses de paralización, sumados a la falta de información clara sobre los montos invertidos, alimentan un clima de desconfianza hacia las autoridades responsables del proyecto.
El contraste entre la inversión millonaria y la ausencia de avances visibles en la obra genera preocupación sobre la eficiencia en el manejo de recursos públicos. Los vecinos se preguntan legítimamente sobre los motivos de esta paralización y sobre los mecanismos de control que deberían garantizar la correcta ejecución de los fondos destinados a infraestructura pública.
DEMANDA DE TRANSPARENCIA Y RENDICIÓN DE CUENTASAnte esta situación, crece entre los goyanos y correntinos la demanda de mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de las autoridades. La ciudadanía reclama explicaciones claras sobre los motivos de la paralización, los plazos previstos para la reanudación de las obras y los mecanismos de control implementados para garantizar el uso adecuado de los recursos.
La transparencia en la gestión pública no solo constituye una obligación legal de las autoridades, sino también un requisito fundamental para mantener la confianza ciudadana en las instituciones. El caso de la costanera de Goya evidencia las consecuencias de su ausencia: desconfianza, cuestionamientos y una obra emblemática paralizada por casi dos años y medio.
PERSPECTIVAS FUTURASSi bien las autoridades no han brindado información precisa sobre los plazos de reanudación y finalización de las obras, la proximidad de un nuevo aniversario de la paralización y la cercanía de la Fiesta Nacional del Surubí vuelven a poner el tema en el centro del debate público local.
Los 14.000 millones de pesos invertidos representan una cantidad significativa de recursos que, administrados eficientemente, podrían haber resultado en una obra concluida y beneficiosa para toda la comunidad. La pregunta que resuena entre los ciudadanos es hasta cuándo deberán esperar para ver resultados concretos de esta inversión y cuáles serán los mecanismos para garantizar que, una vez reanudada, la obra se concluya en tiempo y forma.
Mientras tanto, los goyanos se preparan para afrontar su tercera Fiesta Nacional del Surubí sin poder disfrutar de su costanera, un espacio que, de estar completo, enriquecería significativamente esta celebración emblemática de la cultura y la identidad local.
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