El sábado por la noche, la tranquilidad del paraje La Loma, en Lavalle, se vio quebrada por un violento y cinematográfico asalto comando. Un grupo de delincuentes fuertemente armados, vestidos con uniformes falsos de la Policía Federal, irrumpió en una finca hortícola propiedad de un productor de apellido Vega, de nacionalidad boliviana. La operación criminal, ejecutada con precisión y a plena noche, dejó al descubierto un nivel de planificación que generó conmoción entre los vecinos y encendió alarmas en la fuerza policial local.
UN GOLPE FRÍAMENTE PLANIFICADO
Según fuentes reservadas citadas por Radio 10 Goya, los asaltantes conocían con detalle los movimientos recientes en la propiedad. En los últimos días, Vega habría realizado operaciones bancarias vinculadas a su actividad productiva, lo que habría motivado el accionar delictivo. Los falsos federales no sólo se presentaron con vestimenta azul similar a la oficial, sino que parte del grupo permaneció en la vía pública, cumpliendo tareas de vigilancia externa.
El ataque coincidió con la llegada de un camión de gran porte que iba a ser cargado con productos hortícolas para ser enviados a otra provincia. Los ocupantes del vehículo también fueron reducidos. Nadie escapó a la violencia: toda persona que se encontraba en la propiedad fue encañonada con escopetas, reducida y atada con precintos.
GOLPES, AMENAZAS Y BOTÍN EN EFECTIVO
Los delincuentes, según los primeros testimonios, buscaban exclusivamente dinero en efectivo. Al no obtener respuestas inmediatas, golpearon a Vega con brutalidad para forzarlo a revelar la ubicación del dinero. A pesar de la violencia ejercida, aún no se ha confirmado el monto sustraído ni la existencia de otros bienes robados. Hasta ahora, la investigación mantiene bajo reserva esos detalles.
UN LLAMADO ANÓNIMO EVITÓ UNA TRAGEDIA MAYOR
El aviso a las autoridades llegó por un llamado anónimo. Una persona que habría observado parte del accionar criminal decidió alertar a la comisaría local. A partir de esa llamada se desplegó un operativo cerrojo en los caminos rurales aledaños, pero al momento de arribar los patrulleros, los delincuentes ya habían huido. Lo único que encontraron los efectivos fue un cuadro de caos: víctimas atadas, golpes visibles y un profundo estado de conmoción.
INVESTIGACIÓN ABIERTA Y SIN DETENIDOS
El caso ya está en manos de la Fiscalía local, que ordenó una serie de peritajes y rastrillajes en la zona. Se analizan cámaras rurales, testimonios de vecinos y movimientos bancarios del productor. Todo apunta a una banda organizada con conocimiento logístico, apoyo externo y experiencia en este tipo de delitos.
El hecho encendió la preocupación en la comunidad productiva de Lavalle, que teme que este tipo de hechos se repitan, dado el creciente nivel de exposición que conlleva la comercialización de productos en efectivo. Desde la Policía de Corrientes no descartan que se trate de una banda con ramificaciones en otras provincias.
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