La reconocida fábrica de ollas Essen despidió a 30 trabajadores de su planta en Santa Fe, lo que representa el 10% de su plantilla. La decisión se enmarca en un proceso de sustitución de parte de su producción local por artículos terminados importados, generando alarma en el sector industrial y gremial.
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) advirtió sobre un proceso de achique en la empresa y manifestó su temor por nuevas cesantías en otras fábricas de la región. Esta medida refleja el impacto profundo que la desaceleración del consumo y el avance de las importaciones están teniendo sobre la industria nacional.
El caso de Essen, una marca emblemática, se convierte en un símbolo de los desafíos que enfrenta el sector. La sustitución de producción local por importaciones preocupa no solo por la pérdida de puestos de trabajo directos, sino por el efecto dominó que podría tener en la economía regional.