La dirigencia del Partido Justicialista de Goya salió a fijar una postura pública frente a los reclamos de un sector minoritario que exige la renuncia de las autoridades partidarias provinciales. En un contexto de total normalidad institucional, el vicepresidente del PJ Goya, Marcos Damián González, advirtió que estos movimientos «no representan el sentir mayoritario de la militancia» y que responden a «viejas prácticas que el peronismo democrático ya superó».
Los cuestionamientos surgieron a partir de un pedido formal de renuncia colectiva presentado por un grupo de afiliados en la capital provincial. La solicitud fue acompañada por advertencias de escalar el reclamo mediante un telegrama colacionado y la convocatoria a una asamblea pública. Según indicaron en sus comunicados, el plazo para una respuesta vencía este martes por la mañana.
Desde Goya, la conducción local ubicó los hechos en un contexto más amplio. González afirmó que «las autoridades del PJ fueron elegidas por el voto de los afiliados con reglas claras y con legitimidad plena». Agregó que «cualquier intento de desestabilización interna con ultimátums improvisados resulta incompatible con la vida institucional del partido». Para el dirigente, estas acciones buscan «forzar un clima artificial de crisis» sin aportar soluciones reales.
RESPALDO A LA LEGITIMIDAD
La conducción goyana sostuvo que, aun frente a escenarios electorales adversos, la respuesta debe surgir de los mecanismos orgánicos previstos por la Carta Orgánica y no de presiones que «desconocen la voluntad expresada por la militancia». González subrayó que «el peronismo construye poder político con organización, trabajo y debate responsable, no con operaciones de última hora». Rechazó además las «acusaciones genéricas» que pretenden atribuir derrotas recientes a decisiones exclusivamente dirigenciales, recordando que «los procesos electorales son multicausales y requieren análisis serios, no atajos discursivos».
El vicepresidente también lamentó que algunos sectores «prefieran reeditar internas estériles» en lugar de aportar a la reconstrucción. Según detalló, en Goya se trabaja en una agenda de reorganización, diálogo territorial y fortalecimiento de las bases, tareas que —aseguró— «solo son posibles en un marco estable y sin ataques a las autoridades electas».
REACCIONES EN EL INTERIOR
Mientras en la capital provincial un grupo insiste en avanzar con medidas públicas, en el interior la postura es más prudente. González remarcó que «en Goya la prioridad está puesta en consolidar un proyecto competitivo» y que «la mayoría de la militancia rechaza cualquier intento de golpe interno». En su evaluación, las expresiones más ruidosas «responden a dirigentes que no lograron construir respaldo propio y buscan protagonismo con métodos que ya no tienen lugar en un partido».
La dirigencia local también recordó que los reclamos de algunos grupos no involucran a los órganos partidarios departamentales, que continúan funcionando con normalidad. «Las instituciones del partido en Goya están ordenadas, trabajando y en diálogo permanente. No vamos a permitir que maniobras aisladas pretendan instalar un caos que no existe», expresó González.
LLAMADO A LA UNIDAD
Pese a la dureza del diagnóstico, el mensaje final apuntó a la cohesión interna. González sostuvo que «las diferencias deben canalizarse con responsabilidad y dentro de los ámbitos formales, donde todos los compañeros pueden plantear sus miradas». Enfatizó que «la unidad se construye defendiendo la legitimidad y no socavándola», y que cualquier desafío político futuro «requiere organización y disciplina, no improvisaciones».
Con este posicionamiento, el PJ Goya dejó en claro su respaldo a la institucionalidad partidaria, cuestionada por un grupo que busca acelerar cambios mediante mecanismos ajenos a los procedimientos tradicionales del justicialismo provincial.