La ceremonia de asunción en San Isidro reunió a representantes institucionales, dirigentes y vecinos que acompañaron el inicio de una nueva etapa de gobierno. Entre los presentes estuvo el concejal electo de Goya, Marcos Damián González, quien dialogó con el periodista Ramón Alegre, de Micaela Comunicaciones, y ofreció una lectura política del proceso que llevó al retorno de Vilma Ojeda a la conducción municipal.
González destacó que el resultado electoral expresa una señal clara de la comunidad. Según señaló, la decisión de volver a elegir a una exintendenta con dos gestiones anteriores indica un voto basado en la experiencia y en el conocimiento directo del trabajo realizado. «Cuando una comunidad elige a alguien que ya gobernó, lo hace porque sabe perfectamente qué tipo de conducción quiere», afirmó.
El concejal remarcó que esta situación difiere de las elecciones en las que se opta por figuras nuevas o poco conocidas. En esos casos, explicó, muchas veces se vota con expectativa o proyección. Aquí, en cambio, el electorado respaldó una trayectoria concreta, lo que para González demuestra una voluntad firme de recuperar un tipo de gestión cercana y activa.
En su análisis, el concejal de Goya puso especial énfasis en la realidad de las poblaciones rurales, a las que definió como uno de los sectores donde más se percibe la diferencia entre un Estado presente y otro que no logra llegar. Subrayó que las distancias, las dificultades de movilidad y la dispersión territorial requieren políticas específicas para garantizar igualdad de oportunidades.
González ejemplificó con situaciones vividas durante años anteriores: inundaciones, tormentas y desbordes que afectaron caminos y accesos. Allí, recordó, la figura de Ojeda aparecía de forma constante, asistiendo a las familias y gestionando soluciones urgentes. Esa conducta, según dijo, consolidó un vínculo de confianza que hoy encuentra su correlato en las urnas.
Consultado sobre el clima político del acto, González consideró que la jornada representa un punto de inflexión en la vida institucional del municipio. Resaltó que diciembre suele ser un mes cargado de simbolismo para la democracia local, y que la asunción de autoridades renueva el compromiso ciudadano y proyecta expectativas hacia el futuro inmediato.
El concejal también valoró el esfuerzo de los medios locales, reconociendo el trabajo de los equipos de comunicación que recorren distintos puntos del departamento para cubrir actividades institucionales. «Que estén en cada rincón, mostrando lo que ocurre y llevando información a la gente, también forma parte de fortalecer la vida democrática», afirmó.
González sostuvo que lo que ocurre en San Isidro tendrá impacto en toda la zona, incluida Goya, ya que los desafíos rurales y productivos son compartidos. En este sentido, celebró que el voto de la ciudadanía reafirme un perfil de gestión comprometido con las demandas del territorio: caminos, acceso a servicios esenciales, educación y salud.
Consideró además que esta elección vuelve a poner sobre la mesa la importancia de la planificación y de la presencia activa del Estado en las zonas más alejadas. Para González, la comunidad dio un mensaje de claridad política, apostando por una conducción con conocimiento, capacidad y trayectoria comprobada.
La asunción en San Isidro, interpretada por González como un gesto de confianza y madurez política de los vecinos, abre un nuevo capítulo para la gestión local. En sus palabras, la elección reafirma una demanda social por un Estado cercano y operativo, especialmente en ámbitos rurales donde las necesidades emergen con mayor intensidad.