Una operación relámpago de Prefectura Naval desató un verdadero terremoto en la noche goyana. Dos kioscos de venta de estupefacientes fueron allanados en simultáneo y dejaron al descubierto una red de narcotráfico que operaba a plena luz del día, en barrios residenciales y con aparente impunidad. El despliegue fue ordenado por el Juzgado Federal de Primera Instancia de Goya, a cargo de la Dra. Cristina Elizabeth Pozzer Penzo, en el marco de una investigación por presunta violación de la ley 23.737.
EL GOLPE FUE PRECISO Y CONTUNDENTEEl operativo, que se ejecutó el viernes por la noche, dejó tres detenidos: dos mujeres y un hombre, todos mayores de edad y con antecedentes por delitos similares. Fueron sorprendidos por los efectivos mientras manipulaban dosis de cocaína listas para la venta. Los uniformados irrumpieron en los domicilios con órdenes de allanamiento firmadas por la jueza federal y actuaron con rapidez para evitar que se destruyera evidencia.
“Fue una intervención quirúrgica. Llegamos cuando la droga estaba fraccionada y a punto de salir al mercado. Evitamos que llegara a manos de consumidores, muchos de ellos menores”, reveló una fuente vinculada al procedimiento. Los implicados quedaron incomunicados y serán indagados en las próximas horas.
COCAÍNA, ARMAS Y DINERO EN EFECTIVODurante los registros, los prefectos incautaron cocaína de alta pureza en envoltorios listos para su distribución, una balanza digital de precisión, al menos dos motocicletas presumiblemente utilizadas para delivery de droga, más de media docena de teléfonos celulares —clave para rastrear la red de contactos—, una suma importante de dinero en efectivo y, lo más alarmante, un revólver con municiones.
“No solo vendían drogas, también estaban armados. Eso eleva la peligrosidad del grupo y obliga a tratar el caso con extrema seriedad”, advirtieron desde Prefectura. Las municiones halladas serán sometidas a pericias balísticas para determinar si están vinculadas a hechos delictivos anteriores.
UN KIOSCO DE DÍA, UN PUNTO NARCO DE NOCHELos vecinos, que en principio veían con indiferencia los movimientos en la zona, se mostraron conmocionados tras el operativo. “Nunca imaginamos que detrás de esa casa saliera droga todos los días. Era una vivienda común, con una familia común. Pero a la noche, veías pasar motos sin parar”, relató un vecino que prefirió no dar su nombre.
Según los investigadores, los puntos de venta simulaban funcionar como quioscos de barrio, pero en realidad eran centros de expendio de droga al menudeo, con turnos rotativos y vigilancia propia. “Eran verdaderas pymes del delito”, sintetizó un agente.
INVESTIGACIÓN DE LARGO ALCANCELa causa judicial se había iniciado hace meses, a partir de denuncias anónimas y tareas de inteligencia discreta en la ciudad. Las escuchas telefónicas y seguimientos a pie confirmaron que los ahora detenidos manejaban un volumen de ventas suficiente para abastecer a varios sectores de Goya, e incluso se sospecha que distribuían droga a vendedores menores.
“No se trata de simples consumidores. Son eslabones de una cadena mucho más amplia que conecta a Goya con otras ciudades de la provincia y hasta con redes mayores”, señaló una fuente judicial.
REACCIÓN DEL ENTORNO Y PEDIDO DE JUSTICIAFamiliares de los detenidos intentaron negar los cargos, pero no lograron explicar la procedencia del dinero ni de los elementos secuestrados. Mientras tanto, organizaciones sociales celebraron la acción de la justicia, aunque advirtieron sobre la necesidad de ir más allá: “Los kioscos caen, pero la red sigue si no se llega a los grandes proveedores. Esto es solo la punta del iceberg”, afirmó una vocera del colectivo “Goya sin drogas”.
El caso ya generó repercusión en redes sociales, donde las imágenes del operativo se viralizaron con rapidez. Muchos usuarios exigieron condenas ejemplares y mayor presencia estatal en los barrios donde estos puntos de venta se replican sin control.
TRASLADO Y NUEVAS DERIVACIONESLos tres imputados fueron trasladados al Escuadrón de Prefectura y permanecen incomunicados. En las próximas horas se definirá su situación procesal, aunque se estima que la Fiscalía Federal pedirá la prisión preventiva por considerar que existe riesgo de fuga y posibilidad de entorpecimiento de la investigación.
Los teléfonos celulares serán peritados por personal especializado, que buscará rastrear contactos, redes de distribución y posibles vínculos con otras bandas. “Cada mensaje puede ser una pista clave. Ya no se trata solo de un caso local”, anticipó uno de los investigadores.
UNA CIUDAD EN ALERTACon este golpe, Goya vuelve a estar en el foco por su relación con el narcomenudeo. La ciudad, estratégica por su ubicación y su conectividad, ha sido señalada en varias oportunidades como un punto sensible en la ruta de la droga. Las autoridades prometen redoblar controles, pero el fenómeno persiste.
“La droga circula porque hay quienes la compran, pero también porque hay estructuras que la sostienen. Si no se combate la matriz económica del narcotráfico, estos kioscos seguirán apareciendo”, sentenció un analista de seguridad provincial.
Mientras tanto, los vecinos se preguntan cuántos otros kioscos funcionan hoy, a plena vista, sin que nadie los detenga.
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