El intendente de Goya, Mariano Hormaechea, se mostró recientemente junto al director del Hospital Regional, Raúl Martínez, visitando la obra del Hospital Pediátrico «Ángel de la Guarda», en plena campaña electoral. Aunque la obra representa un avance importante para la salud del interior, los fondos y la planificación son completamente provinciales, sin participación significativa del municipio en su concreción.
Con una estructura proyectada para 80 camas generales, servicios de emergencia, terapia intensiva pediátrica y espacios de internación diferenciados, el nuevo centro de salud permitirá descomprimir derivaciones hacia la capital provincial. El edificio se integrará funcionalmente con el Hospital Regional Goya, compartiendo áreas de diagnóstico por imágenes, laboratorio, kinesiología, banco de sangre y quirófanos.
Desde sectores opositores se cuestiona que el intendente intente apropiarse simbólicamente de un logro que no le pertenece, mientras la ciudad enfrenta graves carencias estructurales. La falta de asfalto en barrios periféricos, deficiencias en el transporte público, precariedad habitacional y escaso desarrollo en infraestructura educativa contrastan con la puesta en escena del mandatario local en obras ajenas a su gestión directa.
También se advierte que la presencia del intendente en la obra responde más a una estrategia electoral que a una verdadera política sanitaria municipal. Hormaechea busca mostrarse vinculado a grandes anuncios del gobierno provincial, cuando en los hechos la ciudad acumula deudas pendientes en materia de salud primaria, contención social y servicios públicos esenciales.
La construcción del Hospital Pediátrico es un logro provincial que marcará un antes y un después en la atención infantil en la región sanitaria III. Pero no debe utilizarse como cortina de humo para encubrir las falencias locales ni como plataforma para reposicionar figuras políticas en pleno año electoral.
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