Designación de Natalia Romero como ministra revela crisis en la coalición gobernante

La asunción de Natalia Romero al frente del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Corrientes evidencia la profunda fractura en la coalición oficialista, tras la masiva renuncia de funcionarios de Encuentro Liberal. La designación, presentada como un avance del ideario liberal, oculta lo que analistas políticos describen como una maniobra desesperada del gobernador Valdés por retener el control del aparato estatal.

UNA DESIGNACIÓN CON SABOR A CRISIS

\”Este nombramiento no responde a méritos técnicos sino a la necesidad política de tapar la hemorragia de funcionarios\”, denunció el diputado opositor Marcelo Sánchez. La salida de Jorge Gómez y otros cuadros de ELI deja al descubierto las tensiones irreconciliables en el oficialismo, que ahora recurre a leales sin experiencia en gestión científica para mantener cuotas de poder.

POCA CIENCIA, MUCHA POLÍTICA

Fuentes académicas consultadas cuestionaron la idoneidad de Romero para el cargo: \”No existe registro de su participación en proyectos de investigación o vinculación tecnológica\”, señaló el decano de la Facultad de Ciencias Exactas. La cartera, clave para el desarrollo provincial, queda reducida a moneda de cambio en el reparto político, mientras Corrientes pierde terreno en innovación frente a otras provincias.

EL COSTO DE LA DESERCIÓN

La renuncia masiva de ELI, que llevó a la oposición a 12 funcionarios clave, obligó al gobierno a apresurar cambios sin planificación. \”Están nombrando cuadros políticos donde se necesitan técnicos, solo para mantener el control partidario\”, criticó la concejala opositora Ana Luz Rojas. El escenario revela la fragilidad de un gobierno que prioriza la supervivencia política sobre las necesidades de desarrollo provincial.

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