El presidente Javier Milei firmó el Decreto 194/2025, que transfiere la gestión de las plataformas CINE.AR, CINEAR.PLAY y CINE.AR ESTRENOS a la Secretaría de Comunicación y Medios de la Presidencia, encabezada por el vocero oficial Manuel Adorni. Esta decisión, que modifica la estructura tradicional de los medios y la cultura en Argentina, marca un paso más hacia la concentración de poder dentro del gobierno, en un área que históricamente ha estado vinculada a la autonomía cultural y la diversidad en el cine nacional.
CONCENTRACIÓN DE PODERCon la firma de este decreto, Adorni suma más poder al concentrar bajo su control las plataformas que, hasta ahora, dependían del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), un organismo autónomo creado para promover y proteger la producción cinematográfica nacional. Este cambio no solo modifica la estructura administrativa, sino que también afecta el modo en que se gestionan los recursos y se toman las decisiones en torno al cine argentino, que ahora quedará supeditado a las directrices de la Presidencia, una jugada que preocupa a diversos sectores culturales.
PELIGRO PARA LA PRODUCCIÓNLa medida genera serias inquietudes sobre el futuro de la producción y distribución del cine argentino. Si bien el gobierno asegura que la medida busca \”maximizar las sinergias\” y \”evitar la duplicación de funciones\”, lo cierto es que los cineastas temen que el control centralizado lleve a recortes de presupuesto, priorización de contenidos de acuerdo con intereses políticos o ideológicos, y una menor libertad creativa. Esta centralización podría incluso limitar la capacidad de los creadores para desarrollar proyectos que no se alineen con la visión oficial.
RIESGOS PARA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓNLa concentración de los medios y plataformas culturales bajo un solo ente gubernamental también pone en riesgo la libertad de expresión y la pluralidad en el ámbito cultural. Al asumir el gobierno el control de los contenidos audiovisuales, se corre el riesgo de que aquellos proyectos que no se ajusten a la línea del gobierno sean censurados o marginados. Esta tendencia hacia la homogenización de los contenidos es una amenaza a la diversidad cultural, que siempre ha sido una de las mayores riquezas de la producción artística argentina.
PREOCUPACIÓN EN EL SECTOR CULTURALArtistas, cineastas y trabajadores de la cultura han manifestado su preocupación por los efectos que esta medida tendrá en el cine argentino y en la libertad artística en general. A pesar de las promesas del gobierno de mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, los críticos aseguran que el control absoluto de las plataformas de cine por parte del Ejecutivo puede significar un retroceso en términos de diversidad y autonomía en la creación cultural. Los cuestionamientos se centran en la posibilidad de que, bajo esta nueva estructura, la producción y difusión del cine nacional se vea coartada por la ideología oficialista.
CONCLUSIÓNLa medida adoptada por el gobierno de Javier Milei es una clara manifestación de la creciente centralización de poder en el ámbito cultural. La transferencia de CINE.AR a la órbita presidencial pone en peligro la autonomía de la producción audiovisual nacional, abre la puerta a posibles restricciones en la diversidad de contenidos y crea un escenario incierto para los cineastas y artistas que dependen de estas plataformas para proyectar su trabajo. En este contexto, resulta crucial que la sociedad argentina, así como los sectores culturales, reflexionen sobre las implicancias de esta medida y defiendan la pluralidad y libertad en el ámbito artístico.
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