La contaminación acústica es un riesgo ambiental subestimado que afecta gravemente la salud y el bienestar. Así lo señala un informe presentado por la Defensoría del Pueblo de la Nación, que advierte sobre la ausencia de una legislación nacional específica para prevenir y mitigar los efectos del ruido ambiental en entornos urbanos e industriales.
El documento destaca que la exposición prolongada al ruido, según la OMS, puede provocar trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares, estrés y deterioro cognitivo. En Argentina, la regulación es fragmentaria: solo dos jurisdicciones tienen leyes propias, lo que genera brechas en la protección y deja a gran parte de la población sin respuestas adecuadas.
Desde una perspectiva de derechos humanos, el informe subraya que el ruido excesivo vulnera el derecho a un ambiente sano, a la salud y al descanso. Por ello, propone avanzar en una ley de presupuestos mínimos que establezca límites de exposición, mecanismos de control, zonificación acústica y mapas de ruido, garantizando entornos sonoros saludables.
Esta iniciativa se presenta como un valioso insumo para el debate legislativo, promoviendo la coordinación entre Nación, provincias y municipios. Proteger el equilibrio acústico es esencial para mejorar la calidad de vida de todos los argentinos, unificando criterios y acciones en todo el territorio.