La Fiesta Nacional del Surubí, uno de los eventos más emblemáticos de Goya, volvió a encender pasiones este año, generando una avalancha de reacciones en redes sociales. A partir del análisis de más de 8.000 comentarios, se perfila un panorama diverso donde conviven orgullo, nostalgia, críticas y reclamos ciudadanos.
APOYO POPULAR Y ORGULLO LOCALUna gran parte de los mensajes recogidos refleja una profunda conexión afectiva con la fiesta. Residentes y especialmente goyanos que viven fuera de la ciudad expresan emoción y orgullo por el evento. Frases como «mi Goya querida», «la fiesta más hermosa» o «que linda que está Goya» condensan ese sentimiento. Desde ciudades argentinas como Buenos Aires, Rosario y Córdoba, hasta países lejanos como Ecuador o Emiratos Árabes, los comentarios reflejan una identidad común.
Para muchos, el evento representa un símbolo de pertenencia: no solo por lo cultural, sino por el movimiento económico que genera y el esfuerzo de quienes lo hacen posible. Se destaca la belleza del predio, el despliegue logístico y el espíritu de reencuentro familiar y comunitario. Algunos elogian el trabajo del personal a cargo del montaje, reconociendo las duras condiciones de trabajo aunque con la sospecha de que no fueron justamente remunerados.
DEMANDAS POR MAYOR INCLUSIÓNEn paralelo, emergen reclamos por la falta de accesibilidad económica. Muchos usuarios lamentan que la fiesta haya dejado de ser gratuita como lo era en ediciones anteriores. Comentarios como «solo es para ricos», «explotadores» o «como si cagáramos plata» ilustran el descontento por los costos de entradas y juegos.
Además, se denunció la escasa información oficial sobre los precios, lo que generó confusión y molestia. Otro punto repetido fue la falta de baños suficientes, especialmente químicos, y su distribución deficiente, lo que afectó la experiencia de quienes asistieron, en especial familias y adultos mayores. Se trata de reclamos recurrentes, que también se manifestaron en años anteriores.
CRÍTICAS A LA GESTIÓN Y LAS PRIORIDADES POLÍTICASUna de las críticas más fuertes se orientó hacia el uso de recursos públicos. Varios comentarios se preguntan por qué se destinan fondos tan importantes a la fiesta mientras el hospital local carece de insumos básicos como anestesia. Esta preocupación fue reiterada con frases como «se olvidan del hospital» o «después pagamos nosotros la luz».
La conexión entre el alto costo del evento y la situación de los servicios públicos sugiere una disconformidad más profunda con las prioridades políticas locales. También se expresó preocupación por el costo de la energía eléctrica, insinuando que la infraestructura usada para la fiesta repercute en las tarifas que luego afectan a los vecinos.
VALORACIÓN DE LA TRANSMISIÓN Y DIFUSIÓNPese a las críticas, se valoró ampliamente el trabajo de los medios de comunicación locales. Las transmisiones en vivo fueron destacadas como una forma esencial de acceso para quienes no pueden asistir físicamente, especialmente adultos mayores o personas con dificultades de movilidad. Se elogió a los periodistas y técnicos por su compromiso y profesionalismo, considerándolos “los mejores de Goya”.
Hubo incluso mensajes cargados de emotividad, como el pedido de un usuario para que se muestren en vivo los fuegos artificiales, para que su padre con ACV pudiera verlos desde su casa. Este tipo de comentarios resaltan la función social que cumplen los medios cuando permiten compartir momentos colectivos a la distancia.
MENSAJES DISCORDANTES Y VIOLENCIA VERBALAunque minoritarios, también se registraron mensajes agresivos y descalificadores. Algunos usuarios recurrieron a insultos o burlas, tanto hacia organizadores como hacia otros comentaristas, marcando una tendencia preocupante en el deterioro del tono del debate público. Estas expresiones, si bien no representan a la mayoría, muestran cómo el espacio digital puede tornarse hostil y polarizado.
La diversidad de opiniones revela no solo el alcance del evento sino también la necesidad de considerar nuevas formas de diálogo y participación ciudadana. La Fiesta del Surubí, como celebración popular, puede ser también una oportunidad para repensar el equilibrio entre espectáculo, inclusión y compromiso con lo público.
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