La reciente declaración del director general de la Escuela de Gobierno de Corrientes, Lautaro Barbis, que ensalza un \”rumbo para los próximos cincuenta años\” bajo la gestión del gobernador Gustavo Valdés, genera cuestionamientos desde la oposición. La estrategia oficial, que destaca la capacitación de trabajadores estatales en más del 70% de los municipios, es evaluada como un discurso que no refleja las problemáticas cotidianas ni la realidad del funcionamiento del Estado provincial.
En los últimos cuatro meses, la Escuela de Gobierno visitó numerosos municipios, impartiendo capacitaciones en motivación y organización laboral para empleados estatales. Barbis resaltó el supuesto compromiso federalista del gobierno y la búsqueda de eficiencia y legitimidad en las políticas públicas, con énfasis en el desarrollo académico y laboral del sector público.
Sin embargo, desde sectores críticos advierten que estas iniciativas no alcanzan a compensar las carencias estructurales que afectan a la provincia. A pesar de las capacitaciones, persisten déficits notables en áreas esenciales como salud, educación y seguridad, que permanecen como demandas urgentes para miles de correntinos.
El discurso sobre la \”efectividad\” y \”modernización\” del Estado contrasta con indicadores oficiales y evaluaciones independientes que evidencian una baja calidad en los servicios públicos. Informes recientes, por ejemplo, destacan la deficiente enseñanza en escuelas correntinas y una problemática creciente en la seguridad ciudadana. Estos temas, señalan opositores, no encuentran soluciones reales en la administración actual, lo que pone en duda la profundidad y el alcance de las políticas anunciadas.
Además, la fuerte presencia del aparato estatal en capacitaciones podría interpretarse como una estrategia orientada más a construir una imagen política que a resolver problemas estructurales. Los críticos sostienen que el foco debería estar puesto en resultados tangibles para la población y no en procesos formativos que, aunque necesarios, no garantizan un cambio sustancial en la calidad de vida.
El llamado a un \”rumbo para los próximos cincuenta años\” desde la gestión oficial es percibido como una ambición que no se condice con la experiencia diaria de muchos municipios, donde el acceso a servicios básicos sigue siendo limitado y la inversión pública, insuficiente. La oposición insiste en que las prioridades deben centrarse en políticas públicas con impacto inmediato y en una administración que responda con mayor eficacia a las demandas sociales.
En conclusión, mientras el gobierno provincial enfatiza su labor en capacitación y gestión estatal, la oposición cuestiona la falta de avances concretos en los sectores más críticos, señalando que la modernización del Estado aún es una asignatura pendiente que condiciona el desarrollo real de Corrientes.
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