Nicolás y su prima Celeste fueron expuestos a contaminantes cerca de la tomatera de Ricardo Prieto en la localidad de Lavalle. El pequeño murió dos días después, ella sobrevivió luego de tres meses en terapia intensiva. El productor hortícola había sido absuelto en 2016. Miércoles 9, iniciarían las rondas de declaraciones.
Los hechos se produjeron hace 9 años, cuando Nicolás y su prima Celeste tomaron contacto con líquidos y gases provenientes de la tomatera cercana a la casa del niño.
El resultado de la contaminación fue la intoxicación aguda seguida de muerte, el día 4 de abril de 2011. En tanto Celeste pasaría 3 meses en terapia intensiva en el Hospital Garrahan, logrando salvar su vida.
Ricardo Prieto productor hortícola vuelve a ser juzgado, acusado de provocarle la muerte a Nicolás Arévalo (4 años de edad) y generarle gravísimas lesiones a Celeste Estévez (su prima de 7), a quien daño con los agroquímicos utilizados en su tomatera.
Después de 5 años de pedido de justicia, movilizaciones e investigación judicial, en diciembre de 2016 se concretó el primer juicio penal en el que se juzgaba como causa del homicidio, a las fumigaciones en la agricultura. Este concluyó con la absolución por parte del Tribunal Oral Penal de Goya, al productor Ricardo Prieto por el homicidio culposo de Nicolás Arévalo, y el sobreseimiento por prescripción ante la extinción de la acción penal en el caso de Celeste.
En ese entonces y hasta ahora, la absolución había sido duramente criticada por los familiares de los niños y por las organizaciones campesinas y ambientalistas.
“Fue un robo, producido por decisión política, no quieren que quede en evidencia que las fumigaciones matan, los agrotóxicos son venenos y los dueños de los establecimientos los usan con total impunidad”. Declaró categóricamente Josefina Arévalo, tía de Nicolás y Celeste y Referente de la Federación Campesina Guaraní de Corrientes.
Este nuevo juicio es el resultado de que el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Corrientes, resolviera hacer lugar al recurso de casación interpuesto tanto por la Fiscalía como por el querellante, en 2018, en ese entonces a cargo del Dr. Julián Segovia, fallecido al año siguiente.
“Es, fue y será claro, que hay un importante grado de contaminación rural en la zona, producto del uso intensivo de agrotóxicos en la horticultura. Este juicio y todo lo que lo rodea es parte central de la lucha por la verdad contra las mentiras que se erigen para continuar con este modelo contaminante de producción”. Afirmó Emilio Spataro, ecologista de la Fundación Amigos de la Tierra y testigo en la causa.
La prueba principal del fiscal y la querella es la autopsia, en la que se identificó al endosulfán como causa principal de la falla hepática y el edema de pulmón que mataron a Nicolás. Sobre ésta prueba, familiares y ecologistas alertan sobre los peligros de contaminación en la zona.
“Vamos a estar acompañando, no solo como en el juicio en 2016, sino como todos los días, a las familias de Lavalle, en la apuesta por la producción agroecológica. Más allá de los resultados del juicio, creemos que la mayor justicia para honrar, no solo a Nicolás, sino también a José Carlos (Killy) Rivero y Rocío Pared, fallecidos por las mismas causas en 2012 y en 2017 respectivamente; es una agricultura ecológica, la agroecológica, que garantiza alimentos sanos para el consumidor y dignidad y salud para los campesinos.” Reflexionó, Sergio Méndez, de Guardianes del Iberá.
En tanto, la coordinadora del Programa de Soberanía Alimentaria Wanda Olivares de la Fundación Amigos de la Tierra Argentina, declaró: “apoyamos la revisión de este juicio histórico por la muerte de Nicolás Arévalo, víctima de un modelo agrícola que enferma, mata y contamina. Estaremos acompañando este proceso a la espera de justicia por la vida de Nico, con la expectativa de que se logre un fallo ejemplificador para terminar con la impunidad de quienes atentan sistemáticamente contra la salud de los pueblos”.