El obispo diocesano, monseñor Adolfo Canecin, presidirá este miércoles a las 20, la celebración eucarística en la vicaría San Isidro, para dar la bienvenida al presbítero Rodrigo Vélez y agradecer el gran servicio pastoral del padre Carlos Córdoba.
Ambos sacerdotes pertenecen a la Congregación del Santísimo Redentor (misioneros redentoristas).Llega el padre Rodrigo Vélez, un querido sacerdote misionero redentorista, que hace varios años atrás desempeñó su misión pastoral en la parroquia La Rotonda, desde su año pastoral como seminarista, siendo diácono y después sacerdote.
Luego tuvo otros destinos pastorales en nuestro país y, participó en la misión “ad gente” en Tailanda, en las montaña del Doi Inthanon, donde los misioneros redentoristas vienen trabajando hace más de 45 años con las comunidades nativas de los Karen.
Su misión fue en las montañas de Mae Chaem, donde acompaño pastoralmente a 13 comunidades. El padre Rodrigo Velez definió a la misión como “un don maravilloso el poder ser testigos de la fe que se viste del color y del calor de este pueblo tan diferente pero tan cercano a la vez. Los primeros días de aprendizaje del idioma en esta tierra, aprendí que en tailandés " entender " se dice ´kouchay" เข้าใจ , que significa entra en el corazón, o sea que para entender, hace falta poner el corazón”.
Como testimonio de su vida de misionero destaco que lo más lindo de la misión ad gentes es que uno descubre en el hermano que " tocar lo humano, es invocar sobre uno, lo divino” y en esa línea pidio a Dios “nos regale siempre la capacidad del asombro ante la misión que él nos encomienda”.
PADRE “CARLITOS”
Por su parte, padre Carlos Córdoba que lleva 32 años de sacerdocio, se despide de las comunidades de Goya, especialmente de las comunidades rurales, luego de haber estado a cargo de la Vicaria San Isidro del municipio homónimo.
El padre “Carlitos” como es conocido logro una verdadera integración en las comunidades de la zona rural, ocupando un lugar muy especial en el corazón de las familias campesinas que supieron de su cercanía, sencillez y acompañamiento siempre y en todo lugar, aun aquellos de los parajes mas distantes del departamento.
Un gran misionero, impulsor de la catequesis y de la animación para la misión en los grupos juveniles. Caracterizado por defender la dignidad y los derechos de sus feligreses, comprometido con el campesinado. Un luchador con “los pies en el barro” llegando a las familias en tiempos de inundaciones, atravesando riachos, lagunas y esteros.
“Todo pasa, todo queda, pero lo nuestro es pasar”, así lo escribió el poeta; y así es la vida de un sacerdote misionero, de un lado a otro, cambiando constantemente de destino, con las valijas siempre listas porque su decisión ha sido servir a Dios y su pueblo, y no hay labor más noble y desinteresada que la de un sacerdote, siempre dispuestos a ayudar.
El padre “Carlitos” un buen hombre que se ha ganado el respeto, cariño, admiración y amistad de todos los goyanos. Un “cura” alegre que contagia con su sonrisa esa alegría que solo tienen los hombres de Dios. En cada paraje que llegaba su comunidad se sienta a gusto con su presencia, siempre organizando actividades para ayudar a las personas con menos recursos, dando muestras caridad y misericordia.
Las comunidades hoy damos gracias a Dios por darnos todos estos sacerdotes que nos encaminan cada día por la senda del buen cristiano, que nos llenan de alegría cada domingo con sus misas y que nos escucha cuando más necesitamos un hombro para apoyarnos levantarnos y seguir adelantes. -