El sector frutihortícola correntino enfrenta una amenaza creciente por el ingreso desregulado de productos importados, una situación que podría profundizarse si el Gobierno nacional no define medidas concretas de protección a la producción local. La advertencia provino del presidente del Instituto de Desarrollo Rural de Corrientes (IDERCOR), Vicente Picó, quien señaló que la apertura indiscriminada de importaciones pone en riesgo la rentabilidad de los pequeños productores y puede desencadenar una crisis de abastecimiento interno.
«Nos preocupa que el sector frutihortícola entre en crisis por el ingreso indiscriminado de productos de afuera», expresó Picó en declaraciones radiales, citando como ejemplo la importación de sandías brasileñas que ya están siendo vendidas en las rutas del interior. Según explicó, este fenómeno está generando una baja en la demanda de semillas por parte de los productores locales, lo que anticipa una menor superficie cultivada para la próxima campaña.
SIN RECONVERSIÓN POSIBLE
El diagnóstico de Picó revela una realidad estructural: los pequeños productores del interior profundo no tienen margen para reconvertirse a otras actividades económicas, ya sea por limitaciones técnicas, falta de infraestructura o escasa capacitación. «¿Qué hace una familia, un pequeño productor que tiene 30 hectáreas? Esa persona no puede ponerse a fabricar computadoras», ironizó, al cuestionar las recetas de reconversión que propone el actual modelo económico.
La advertencia apunta directamente a la falta de políticas diferenciadas para el sector agrícola de escala familiar, que enfrenta una competencia desleal ante productos que llegan desde países como Brasil, Egipto o Israel. Con el actual esquema cambiario y logístico, los costos de importación son más competitivos que los costos de producción local, lo que impacta de lleno en el mercado interno y desincentiva la siembra.
UN ALIVIO CLIMÁTICO QUE NO ALCANZA
En lo climático, las condiciones actuales muestran una recuperación respecto a los años de sequía extrema. Zonas como Bella Vista y Santo Tomé registraron lluvias por encima del promedio, lo que permite mejorar las reservas de humedad y dar continuidad a la actividad agrícola. Sin embargo, Picó fue cauto al evaluar esta mejoría: «Si la cosa queda por ahí, estamos bien», afirmó, aunque advirtió que las tareas de siembra aún no arrancaron con normalidad y la ventana para la sementera baja se acorta.
La expectativa está puesta en cultivos como zapallo, sandía y mandioca, típicos de esta época, pero cuya viabilidad no solo depende del clima sino también del contexto económico. Sin señales claras desde el Gobierno nacional sobre defensa del mercado interno, los productores dudan en avanzar con cultivos que podrían no tener salida comercial.
COMPETENCIA DESLEAL EN LAS RUTAS
Picó también apuntó a la venta en ruta de frutas importadas como una señal preocupante. «Nos llama la atención ver sandías de Brasil siendo vendidas en Saladas, que es una zona productora», dijo. Para el titular del IDERCOR, esto demuestra el nivel de desprotección que enfrentan los productores, quienes no solo pierden mercado sino que compiten con productos que llegan desde miles de kilómetros con costos logísticos que el Estado no regula.
El actual tipo de cambio, favorable a las importaciones, y la falta de aranceles compensatorios profundizan esa asimetría. «El productor local va a competir en desventaja con lo que viene de afuera y eso es un problema serio», insistió Picó, al tiempo que reclamó un enfoque más integral desde la Nación.
FALTA UN PLAN DE CONTENCIÓN
La falta de medidas estructurales, junto con la incertidumbre climática y económica, está generando un cóctel riesgoso para el agro familiar en Corrientes. Mientras se mantienen algunos buenos indicadores en la ganadería, el sector frutihortícola asiste a un retroceso sin herramientas claras para revertirlo. La disyuntiva es clara: si el Estado no interviene con políticas activas, lo que se perfila es un abandono paulatino de la producción primaria, en manos de un modelo de apertura que solo beneficia a grandes comercializadoras.
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