En un nuevo capítulo de la creciente indignación de los vecinos de Goya, el Municipio decidió, a través de la Resolución N°471, actualizar las tarifas del servicio público de transporte urbano de pasajeros, incrementando los valores de los boletos sin que se resuelvan los graves problemas que aquejan a los usuarios del sistema. El servicio sigue siendo pésimo, con vehículos que se quedan a mitad de recorrido debido a problemas mecánicos, largas esperas en las paradas y un nivel de frecuencia que no cubre las necesidades de la comunidad.
EL MUNICIPIO IGNORA LA CALIDAD DEL SERVICIOA pesar de las constantes quejas y reclamos de los ciudadanos, que incluyen vehículos en mal estado y el pésimo mantenimiento de las unidades, el Municipio parece más enfocado en justificar un aumento tarifario que en exigir una mejora sustancial en la calidad del servicio. ¿Por qué se permite que los vecinos paguen más por un servicio que no funciona adecuadamente? Este tipo de decisiones parece no tener en cuenta el sufrimiento diario de quienes dependen del transporte público para su movilidad.
LA FALTA DE CONTROL Y EXIGENCIAS A LA EMPRESAEl incremento de las tarifas, lejos de ser una solución, representa una imposición más sobre la ciudadanía que enfrenta, de forma permanente, la ineficiencia de la empresa encargada del servicio. Las autoridades del Municipio, lejos de presionar por mejoras y garantizar un transporte de calidad, han optado por ceder a las demandas económicas de la empresa, sin exigir que se resuelvan los problemas estructurales que afectan a los usuarios. La eliminación de subsidios es un factor, pero no es el único que justifica un ajuste que golpea nuevamente a la gente.
UN SERVICIO QUE NO CUMPLE CON LO PROMETIDOEl aumento de la tarifa es, en este contexto, un abuso que solo contribuye a profundizar el malestar social. La gente no está dispuesta a pagar más por un servicio que no ofrece lo básico: la regularidad y la seguridad que merecen. Las promesas de mejorar el servicio se quedan en palabras vacías, mientras las unidades siguen parando de manera intempestiva, las frecuencias no se respetan y las condiciones de los vehículos siguen siendo precarias. Es hora de que el Municipio deje de justificar a la empresa con excusas y empiece a exigir resultados reales.
NECESITAMOS UNA RESPUESTA INMEDIATALa resolución que incrementa el costo del boleto no puede quedar sin una respuesta contundente por parte de los ciudadanos. Los vecinos no solo exigen un servicio que funcione, sino que también piden que el Municipio tome responsabilidad por permitir que este pésimo servicio continúe a costa de la gente. Si el precio sube, el servicio debe mejorar, y esto es algo que no puede seguir ignorándose. La solución no es seguir aumentando las tarifas sin dar respuestas efectivas sobre el funcionamiento real del sistema.
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