Por Juan Fernando Marcópulos | La falta de una normativa clara sobre los certificados de salud escolar está generando un grave problema de accesibilidad al sistema de salud y afectando la posibilidad de que los niños puedan acceder a la educación en la provincia de Corrientes. Así lo expresó el médico y exdiputado nacional, Fernando Marcópulos, quien destacó las dificultades que enfrentan tanto los padres como los profesionales de la salud para cumplir con los requisitos establecidos por las escuelas.
PROBLEMAS EN EL ACCESO A LOS CERTIFICADOS ESCOLARES
Marcópulos comenzó su intervención subrayando la ausencia de un sistema unificado para los certificados de salud escolar. Cada institución educativa maneja su propio modelo, lo que genera una gran confusión entre los padres, quienes deben cumplir con diversos requisitos según cada escuela. Además, el certificado escolar no se utiliza adecuadamente, ya que, según el médico, su función principal es hacer un control de salud preventivo una vez al año. Sin embargo, actualmente, se trata más de un documento archivado para posibles cuestiones legales, sin ninguna utilidad práctica real para el monitoreo de la salud de los estudiantes.
La presión por obtener estos certificados ha generado un aumento en la demanda de atención en los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS), donde los pediatras no pueden dar abasto con la cantidad de turnos necesarios para los controles de salud escolares. Según Marcópulos, los médicos están limitados a atender solo 10 pacientes por día, lo que dificulta la cobertura preventiva de los niños, incluidos los controles básicos de salud o la vacunación de los recién nacidos. El sistema está saturado, y las prioridades se ven distorsionadas al centrarse en la emisión de certificados en lugar de ofrecer atención médica preventiva.
LA SITUACIÓN EN LAS ESCUELAS Y LA SOBRE CARGA DE TRÁMITES
Este escenario de desorganización está afectando directamente a los padres, quienes temen que sus hijos no puedan comenzar el año escolar sin la documentación requerida. Marcópulos también hizo referencia al alto costo que algunos padres deben pagar por una fotocopia del certificado de salud escolar, que puede llegar a los 7 mil pesos, un precio excesivo, especialmente considerando la baja calidad del documento.
PROPUESTA DE SOLUCIÓN: UNA LEY DE SALUD ESCOLAR
Para resolver este problema, Marcópulos propuso la creación de una ley de salud escolar que, según la Sociedad Argentina de Pediatría, sería una solución más simple y eficiente. Esta normativa permitiría la implementación de un sistema de historia clínica pediátrica, facilitando el seguimiento de la salud infantil. Según la propuesta, los médicos generales y pediatras podrían hacer un control preventivo de cada niño, e incorporarían un informe corto para la escuela, detallando el estado de salud del alumno y cualquier posible restricción física.
Este enfoque no requeriría de la burocracia actual y reduciría considerablemente la carga administrativa, permitiendo una mayor eficiencia en el proceso. El certificado incluiría datos mínimos como el nombre del niño, el número de historia clínica y, en caso de ser necesario, una mención sobre condiciones especiales como el asma o la hipoacusia. Este modelo simplificado aliviararía la presión tanto sobre el sistema de salud como sobre los padres, sin poner en riesgo el bienestar de los estudiantes.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN DE LEGISLADORES Y MEDIOS
Marcópulos hizo un llamado urgente a los legisladores y autoridades locales para que tomen en cuenta esta situación y prioricen la creación de una normativa que aborde de manera efectiva la salud escolar y la sobrecarga del sistema de salud primaria. Además, solicitó a los periodistas que difundan esta problemática para sensibilizar a la comunidad y fomentar un cambio legislativo que permita que todos los niños puedan acceder a la educación sin los obstáculos actuales.