Inicio seco en 2025: preocupación por el déficit hídrico en la región núcleo

El arranque de 2025 está marcado por la falta de precipitaciones en la región núcleo agrícola. A pesar de un 2024 con lluvias alentadoras en comparación con 2023, diciembre cerró con un preocupante déficit que afecta al 50% de la región, particularmente al nordeste bonaerense. Este escenario amenaza los cultivos de maíz temprano y soja, y genera incertidumbre para los productores.

Balance climático 2024: mejoras y quiebres

El 2024 mostró un acumulado anual de lluvias de entre 700 y 1200 milímetros, un 26% más que en 2023. Sin embargo, diciembre rompió esta tendencia con precipitaciones inferiores al promedio histórico, especialmente en el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires, donde se registraron solo 35 mm, lejos de los 110 mm esperados.

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destacó que el fenómeno climático “Niño” fue clave en la mejora anual, gracias a las lluvias otoñales y primaverales. Regiones como Hernando y Montes de Oca registraron incrementos significativos de agua, mientras que localidades como General Villegas vieron leves retrocesos.

Cultivos bajo presión

El maíz temprano, sembrado mayoritariamente en fechas de septiembre y octubre para esquivar el riesgo de la chicharrita, enfrenta un panorama complicado. Las lluvias iniciales permitieron un buen desarrollo en los primeros estadios, pero la sequía de diciembre impactó negativamente en el periodo crítico del cultivo, comprometiendo los rindes en un rango del 10% al 30%, dependiendo de los lotes y las lluvias futuras.

Por su parte, la soja muestra un desarrollo irregular. Los cultivos presentan un aspecto envejecido y entrenudos cortos, consecuencia de bajas temperaturas y posibles efectos residuales de herbicidas. Además, entre el 10% y el 15% de los lotes aún no han sido sembrados, mientras que otro porcentaje fue implantado bajo la expectativa de lluvias que nunca llegaron.

Perspectivas climáticas

Los pronósticos a mediano plazo no son alentadores. La primera quincena de enero continuará con precipitaciones escasas, aunque existe una posibilidad de chaparrones aislados entre el 5 y el 6 de enero, concentrados en el sudoeste de la región núcleo.

Consecuencias en las reservas hídricas

El déficit de lluvias dejó niveles críticos de agua en el suelo, con zonas que van de escasas a sequía en el 50% del área agrícola y hasta un 80% si se incluye el contenido regular. Esto agrava la situación para los cultivos y genera incertidumbre sobre el desarrollo de la campaña 2025.

La combinación de un déficit hídrico sostenido y un arranque de año con pocas lluvias plantea un desafío para los productores de la región núcleo. La evolución de los cultivos de maíz y soja dependerá en gran medida de las lluvias en las próximas semanas, lo que podría marcar la diferencia entre daños moderados o irreversibles.

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