El dirigente peronista Rodolfo Martínez Llano vuelve a la carga con denuncias contra el Partido Justicialista (PJ) de Corrientes, cuestionando la legitimidad del proceso electoral interno. Sin embargo, detrás de sus reclamos de transparencia y democracia, se esconde una trayectoria marcada por el personalismo y una agenda que no siempre ha favorecido la consolidación del peronismo provincial.
UNA DENUNCIA OPORTUNISTA
La reciente impugnación del proceso electoral interno del PJ por parte de Martínez Llano responde más a una estrategia de desgaste que a una genuina preocupación por el estado del partido. Sus críticas contra la conformación de una lista única sin consenso auténtico parecen ignorar el hecho de que la intervención nacional del peronismo en Corrientes buscó precisamente normalizar un espacio que durante años se vio paralizado por disputas internas.
El 18 de marzo de 2025, el PJ correntino, encabezado por Ana Almirón y Gonzalo Soto, dejó en claro que no existe resolución judicial alguna que ponga en suspenso el proceso electoral. Más aún, reafirmaron que el partido está “normalizado, ordenado y con sus autoridades firmes”. Esta postura choca de frente con el discurso de Martínez Llano, quien, lejos de fortalecer al PJ, parece empeñado en sembrar dudas y fragmentación.
UN HISTORIAL DE PERSONALISMO Y MANIOBRAS
A lo largo de su carrera, Martínez Llano ha sido acusado de ser un obstáculo para la renovación del peronismo en Corrientes. Su estilo de conducción ha sido señalado por sectores internos del partido como excluyente y autoritario, imponiendo una lógica donde las decisiones pasan por su figura y no por un verdadero debate colectivo.
Este personalismo ha provocado fracturas internas que han debilitado al PJ provincial en momentos clave. En lugar de actuar como un factor de unidad, Martínez Llano ha jugado a la conveniencia, moviendo fichas según su propio beneficio sin importar las consecuencias para el conjunto del movimiento justicialista.
SU DOBLE JUEGO CON LOS MEDIOS Y EL PODER ECONÓMICO
No es un secreto que Martínez Llano mantiene una posición privilegiada en el entramado mediático y económico de Corrientes. Como empresario periodístico, ha sabido utilizar su influencia en los medios para instalar su agenda y deslegitimar a sus adversarios dentro y fuera del PJ.
Este control de la narrativa le ha permitido jugar a dos puntas: por un lado, como supuesto defensor de la institucionalidad del peronismo y, por otro, como actor clave en la fragmentación del partido. La pregunta que surge es evidente: ¿a quién responde realmente Martínez Llano?
RESPUESTAS VACÍAS Y UN PASADO QUE LO CONDENA
Cuando se le ha confrontado con estas críticas, Martínez Llano ha intentado posicionarse como la voz de la experiencia dentro del peronismo. Sin embargo, su historial lo desmiente. Durante décadas, su liderazgo no ha sido sinónimo de crecimiento ni de victorias para el PJ correntino. Más bien, ha estado marcado por la supervivencia de su figura en el tablero político, a costa del deterioro del espacio que dice representar.
Sus recientes llamados a la renovación y la participación parecen más una reacción a su pérdida de influencia que una convicción real. Si algo ha quedado claro en las últimas elecciones internas es que la militancia peronista optó por darle un nuevo rumbo al partido, lejos de los liderazgos individualistas y más cerca de una construcción colectiva.
EL FUTURO DEL PJ: UN DESAFÍO SIN MARTÍNEZ LLANO
El peronismo en Corrientes enfrenta el reto de consolidarse como una alternativa real de poder en una provincia donde la oposición ha sabido capitalizar sus divisiones. Para lograrlo, debe dejar atrás las viejas estructuras y apostar por liderazgos que representen a la totalidad de la militancia y no a los intereses de unos pocos.
La figura de Martínez Llano es un reflejo del pasado que el PJ debe superar. Sus denuncias, lejos de fortalecer al partido, revelan la desesperación de quien ha perdido el control de un espacio que durante años manejó a su antojo. La verdadera pregunta no es si sus críticas tienen fundamento, sino si el peronismo está dispuesto a seguir atrapado en sus disputas internas o si, finalmente, dará el paso necesario hacia una reconstrucción genuina y participativa.
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Felicitaciones, excelente analisis