La ciudad de Goya se prepara para una elección que promete sacudir el tablero político local. El intendente Mariano Hormaechea firmó la Resolución N° 862 para convocar a comicios municipales el próximo 31 de agosto, en coincidencia con las elecciones provinciales convocadas por el gobernador Gustavo Valdés. Pero el dato que encendió todas las alarmas fue otro: según las últimas encuestas, Hormaechea estaría lejos de lograr la reelección. Su imagen cae, la oposición crece y todo indica que el control del Municipio podría cambiar de manos.
ENCUESTAS QUE ENCENDIERON LAS ALARMASEl promedio de sondeos al 27 de mayo arrojó un resultado inesperado: Lisandro Paleari, del Partido Justicialista, lidera con el 38% de intención de voto. Hormaechea, representante de Vamos Corrientes, apenas alcanza el 25%. En tercer lugar aparece Estanislao Arce (La Libertad Avanza) con el 12%, seguido de Pedro Cassani (Encuentro Liberal) con 11%, Samuel Cáneva (ECO) con 6% y Cecilia Gortari (Frente de Todos) con 5%. El 3% restante se reparte entre otras opciones menores.
El crecimiento de Paleari ha sido meteórico, capitalizando el desgaste de la gestión actual y un discurso que apunta directamente a la «desconexión del gobierno local con las necesidades reales de los barrios». Su equipo asegura que “la ciudad pide un cambio y lo vamos a representar con hechos”.
HORMAECHEA, ENTRE LA GESTIÓN Y LA INCERTIDUMBREHormaechea intentará retener la intendencia apostando a su alianza con el oficialismo provincial y una gestión que él mismo califica de “ordenada y progresista”. Sin embargo, múltiples frentes abiertos lo complican: protestas de empleados municipales por mejoras salariales, cuestionamientos por obras demoradas y una creciente percepción de favoritismo político en la asignación de recursos. A esto se suma un malestar silencioso entre dirigentes aliados que no ven clara la estrategia para retener el poder.
“Esto no es una elección más. Acá se juega el modelo de ciudad que queremos. Algunos quieren volver al pasado, nosotros apostamos al futuro”, declaró el jefe comunal durante un acto en la plaza Mitre. Sin embargo, el termómetro de la calle parece no acompañarlo como antes. Incluso algunos sectores de su propio espacio reconocen que “la cosa viene difícil”.
UN 31 DE AGOSTO QUE PUEDE CAMBIAR TODOLa elección municipal del 31 de agosto no se limitará a definir el próximo intendente. También se renovarán ocho bancas titulares del Concejo Deliberante y cinco suplentes. Esto significa que además del poder ejecutivo local, está en juego la gobernabilidad del próximo período. En ese escenario, las alianzas, rupturas y estrategias en ciernes cobrarán un peso decisivo.
El oficialismo apuesta a nacionalizar el discurso, intentando asociar sus candidatos al respaldo de la gestión provincial. Mientras tanto, la oposición apunta a lo local: el foco está en la recolección de residuos, el acceso a viviendas, la situación de los caminos rurales y la falta de oportunidades laborales para jóvenes. “La gente ya no come relato, quiere soluciones concretas”, lanzó uno de los voceros de Paleari.
EL FACTOR LIBERTARIO Y LOS NUEVOS JUGADORESEl avance de La Libertad Avanza con Estanislao Arce como figura emergente también inquieta a los armadores tradicionales. Su discurso disruptivo, cargado de críticas al “gasto político” y las “castas municipales”, ha ganado terreno especialmente entre jóvenes y sectores no alineados con los partidos históricos. Aunque aún lejos de los dos primeros, su presencia puede ser decisiva en un posible escenario de polarización.
Por su parte, Pedro Cassani y Samuel Cáneva siguen disputando un electorado intermedio que aún no define postura. En cambio, la candidatura de Cecilia Gortari por el Frente de Todos parece anclada en un núcleo duro sin proyección de crecimiento, aunque su participación podría inclinar la balanza en caso de una elección reñida.
UN OFICIALISMO A LA DEFENSIVALa decisión del Ejecutivo Municipal de adherir a la fecha electoral provincial no es menor. Con esta jugada, Hormaechea busca potenciarse con el aparato del Gobierno correntino y evitar el desgaste de una campaña extendida. No obstante, hay sectores que interpretan la medida como una señal de debilidad. “Quieren que lo provincial los salve, pero no les va a alcanzar si en Goya no convencen”, deslizó un dirigente radical con tono crítico.
En paralelo, algunos sectores internos del oficialismo han comenzado a hablar de “plan B” si las encuestas no revierten. Versiones sobre posibles negociaciones, apoyos cruzados e incluso la redefinición de candidaturas comienzan a circular con fuerza en los cafés céntricos de Goya.
EXPECTATIVA Y CLIMA ENRARECIDOA menos de tres meses de los comicios, el clima político en Goya es de máxima tensión. Las reuniones, encuestas, rumores y declaraciones se multiplican. Nadie quiere quedarse afuera de una elección que puede marcar un quiebre en el mapa político local. La pregunta ya no es solo quién ganará, sino qué pasará con las estructuras si el intendente actual no logra revertir la tendencia.
Con un escenario abierto, liderazgos cuestionados y alianzas en tensión, la campaña electoral ya se vive como un verdadero thriller político. El 31 de agosto puede ser el día en que Goya le diga adiós a una era y abra paso a una nueva etapa. O no. Todo está en juego.
]]>