En una noche de pura emoción, Benjamín Matienzo volvió a escribir su nombre en lo más alto del fútbol goyano. Ante más de 1.200 personas que colmaron el Coliseo de la avenida Rolón, el Pitogüé se impuso 3-1 a Central Goya en una final vibrante para consagrarse campeón del Octogonal y levantar la Copa Ciudad de Goya, cerrando así una temporada excepcional.
El partido tuvo todos los condimentos de una gran final. Central, con un equipo alternativo de jóvenes, sorprendió al adelantarse temprano con gol de Lautaro Valenzuela. Pero la experiencia de Matienzo prevaleció cuando Justo Sosa igualó en los minutos finales de la primera etapa, encendiendo a la hinchada local y cambiando el ritmo del encuentro.
El complemento mostró al Matienzo más ambicioso. Mauro Moreira revirtió el marcador con un preciso cabezazo, y cuando todo parecía definido, la expulsión de Maxi Pezzelato por doble amarilla allanó el camino para que Juan Pablo Fernández sellara la historia con un potente derechazo al ángulo que decretó el 3-1 definitivo.
Este título -el número 44 en su historia- corona una temporada casi perfecta para el equipo de Carlos Gómez, que ya se había consagrado campeón invicto del Torneo Clausura y subcampeón invicto del Oficial. El Pitogüé reafirma su condición de grande del fútbol local con un equipo que respondió en cada desafío.