El colapso del sistema de salud mental en Corrientes quedó en evidencia con las declaraciones del psiquiatra Emilio Hidalgo: «Los psiquiatras y psicólogos no dan abasto». La demanda de atención crece por casos de ansiedad, depresión y adicciones, pero el Estado no responde. SALUD MENTAL EN EMERGENCIA
«La salud mental pasó a la vanguardia después de la pandemia. Era una especialidad olvidada, casi dejada de lado», expresó Hidalgo en el programa Antes que se Imprima. El aumento sostenido de consultas no se acompaña con recursos humanos ni presupuesto suficiente.
FALTA DE INVERSIÓN Y PLANIFICACIÓNLa infraestructura es deficiente, las guardias están saturadas y no existen estrategias preventivas. El hospital San Francisco de Asís opera en condiciones críticas, sin capacidad operativa ni protocolos de seguimiento. Las derivaciones se demoran por falta de camas, profesionales y medicamentos básicos.
UN PROBLEMA SOCIAL EN ESCALADALas adicciones, especialmente en jóvenes, se convirtieron en un foco de alarma. El consumo de alcohol y sustancias psicoactivas crece y las respuestas públicas son insuficientes o inexistentes. Las comunidades terapéuticas están colapsadas, y las familias deben recurrir a costosos tratamientos privados.
LA PANDEMIA AGUDIZÓ LA CRISISEl aislamiento y la pérdida de referentes durante la emergencia sanitaria profundizaron el deterioro emocional de miles de personas. El sistema de salud mental no se adaptó a la nueva demanda. «Hoy todo el mundo se interesa por la salud mental, y hace diez años no era así», dijo Hidalgo.
URGE UNA POLÍTICA PÚBLICA SERIALos especialistas reclaman la implementación urgente de un plan provincial integral: fortalecer la atención primaria, ampliar la red pública con enfoque comunitario y garantizar el acceso gratuito al tratamiento. La inacción del gobierno provincial deja a miles de personas sin asistencia en uno de los momentos más críticos de su vida.
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