Lo que comenzó como un intento de interpretación del reglamento interno del Honorable Concejo Deliberante (HCD) de Goya terminó desatando un fuerte cruce político entre el oficialismo y la oposición, en una sesión cargada de tensiones, acusaciones cruzadas y diferentes lecturas jurídicas.
LA CONTROVERSIA SOBRE EL ARTÍCULO 30El eje de la controversia fue la interpretación de los incisos 12 y 18 del artículo 30 del reglamento interno, que establece las atribuciones del presidente del HCD, especialmente en lo referente a la administración de fondos del cuerpo legislativo.
INTERPRETAR O MODIFICAR: EL PUNTO DE LA DISCORDIAEl bloque oficialista presentó un proyecto que, según explicó el concejal Sebastián Mazzaro, no buscaba modificar el reglamento, sino aclarar su interpretación. El objetivo, dijo, era determinar si el presidente del Concejo —quien a su vez es el viceintendente— puede tomar decisiones económicas sin el aval del resto del cuerpo. “Queremos saber quién decide sobre los fondos: ¿el presidente o todos los concejales?”, planteó.
LA OPOSICIÓN ACUSA UNA MODIFICACIÓNDesde la oposición, encabezada por la concejal Lorena Pérez Carballo (UxP), se acusó al oficialismo de camuflar una modificación reglamentaria bajo el término “interpretación”. Según explicó, el artículo 182 de la Carta Orgánica exige una mayoría especial de dos tercios para cualquier modificación o decisión de índole económica, lo cual no se cumplió en la votación (8 votos a favor sobre 15).
FONDO POLÍTICO E INSTITUCIONALLa discusión puso de manifiesto una grieta institucional más profunda: la ambigua división de funciones entre el Poder Ejecutivo local y el HCD. Al ser el presidente del Concejo el mismo viceintendente, se genera un conflicto de intereses sobre quién debe ejecutar y controlar el presupuesto del órgano legislativo.
RECHAZO DEL PROYECTO Y TENSIÓN INSTITUCIONALEl presidente del HCD, Pedro Cassani (h), zanjó la discusión citando el artículo 182: al no alcanzar los dos tercios requeridos, el proyecto quedó rechazado. Esto provocó una airada reacción del bloque oficialista, que acusó al presidente de “falta de respeto” y de ejercer su rol con arbitrariedad.
UNA PREGUNTA SIN RESPUESTA CONSENSUADALa sesión cerró en un clima tenso, con concejales visiblemente molestos y un claro reflejo del desgaste político e institucional que atraviesa el Concejo. La pregunta sobre quién debe tener el control real del presupuesto sigue sin una respuesta consensuada y promete volver a estar en agenda.
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