El programa Mita y Mita: obras con buena propaganda pero insuficiente planificación

En medio de anuncios oficiales sobre avances en obras públicas en Goya, el programa Mita y Mita se presenta como la bandera del municipio para mostrar un supuesto compromiso con el desarrollo urbano. Sin embargo, desde la oposición se cuestiona que estas obras, si bien necesarias, llegan de manera fragmentada y sin un plan integral que contemple las verdaderas necesidades de la ciudad y sus vecinos.

El secretario de Gobierno, Pablo Fernández, destacó la confianza de los vecinos como el principal motor del programa, que ya lleva 75 cuadras pavimentadas y se prepara para lanzar una tercera etapa junto con un programa de mejoramiento de veredas. La fórmula del “trabajo conjunto” se utiliza como justificativo para ocultar que muchas de estas intervenciones responden más a reclamos puntuales que a una planificación urbana coherente.

LA FRAGMENTACIÓN DE LAS OBRAS Y LA FALTA DE PLANIFICACIÓN

El argumento de que las calles pavimentadas suelen ser “calles internas” no incluidas en planes previos refleja la ausencia de una estrategia urbana clara. La gestión municipal parece reaccionar a demandas dispersas, sin un criterio estructurado que ordene el crecimiento y la conectividad de Goya. Así, se corre el riesgo de generar mejoras aisladas que no contribuyen a un desarrollo sostenible ni a una mejor calidad de vida a largo plazo.

En contraste, obras que deberían ser prioritarias como el avance en la conectividad de calles principales reciben atención insuficiente o demoran sin explicaciones claras. El ejemplo más evidente es la calle Brasil, que, aunque señalada como símbolo de la planificación urbana municipal, enfrenta lentitud y falta de concreción.

LA NUEVA COSTANERA: ENTRE PROMESAS Y DEMORAS

Uno de los proyectos emblemáticos de la gestión es la Nueva Costanera, cuya remodelación fue presentada con gran expectativa y un plazo oficial de finalización en enero del próximo año. No obstante, la realidad en terreno muestra un ritmo lento, con apenas etapas iniciales avanzadas y una gran cantidad de materiales acumulados sin que los vecinos perciban mejoras significativas.

El secretario Fernández resaltó la importancia de la obra, mencionando la captación de mano de obra local, un aspecto positivo que no alcanza a compensar la falta de planificación integral y la escasa comunicación con la comunidad sobre los avances concretos. La obra, pese a su magnitud, parece ser un símbolo de gestiones que priorizan la imagen por sobre resultados palpables.

LA COSTANERA NORTE Y LA REVALORIZACIÓN INCOMPLETA

En relación a la costanera norte y Playa El Inga, se han invertido recursos en pavimento, adoquinado e iluminación para generar espacios deportivos y sociales. No obstante, estas intervenciones se sienten insuficientes ante la ausencia de políticas claras para mantener y potenciar estos espacios a largo plazo, más allá del calendario electoral.

La revalorización de espacios públicos, aunque declarada como objetivo central, carece de una estrategia sostenible que involucre a la comunidad y garantice un uso adecuado y cuidado de las instalaciones. El turismo y la actividad social no pueden depender exclusivamente de mejoras superficiales si no se sostiene un plan de mantenimiento y promoción continuada.

LA INVERSIÓN QUE NO LLEGA A LOS VECINOS

Desde la oposición se señala que, a pesar de las reiteradas presentaciones y discursos oficiales, la ejecución de las obras carece de profundidad y alcance real. La falta de transparencia en los procesos, la ausencia de una planificación urbana de mediano y largo plazo, y la poca participación ciudadana en la toma de decisiones configuran un escenario preocupante para el futuro de la ciudad.

El modelo de “confianza mutua” entre municipio y vecinos, promocionado como un avance, oculta las deficiencias estructurales de la gestión actual. La mejora en la calidad de vida, más allá de la pavimentación aislada, requiere políticas integrales que aborden la movilidad, el espacio público, el hábitat y la inclusión social de manera equilibrada y coherente.

La continuidad y ampliación del programa Mita y Mita debe ir acompañada de un compromiso real con la planificación urbana, la transparencia y el diálogo permanente con los ciudadanos. Sin estos elementos, las obras corren el riesgo de convertirse en simples actos de propaganda, sin impacto genuino en el desarrollo sostenible de Goya.

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