La Escuela de Familia Agraria (EFA) Pejú Porá, situada en Paso Tala, en el departamento correntino de Curuzú Cuatiá, lleva varios meses sin poder brindar clases presenciales debido a la contaminación de sus napas freáticas. Esta situación se originó tras las inundaciones que afectaron la zona a principios de año, dejando el agua de las napas inutilizable para el consumo humano y para las necesidades diarias de la comunidad educativa.
Contaminación de las napas y suspensión de clases presenciales
La escuela, ubicada cerca de Perugorría y a pocos kilómetros de la Ruta Provincial 24 y del Río Corriente, depende de las napas subterráneas para el suministro de agua potable. Sin embargo, tras las intensas lluvias e inundaciones registradas a principios de año, las aguas quedaron contaminadas, imposibilitando su uso para el consumo y el mantenimiento de la infraestructura básica de la escuela, que incluye la residencia de los estudiantes.
Este contexto ha obligado a los docentes de la EFA Pejú Porá a adaptar la enseñanza al formato digital, lo cual supone un gran desafío, ya que la mayoría de los estudiantes y sus familias viven en zonas rurales con conectividad limitada y dificultades para acceder a dispositivos adecuados para el aprendizaje a distancia 📱💻.
Reclamos y respuestas insuficientes
Padres, madres y docentes han presentado reiteradas denuncias y solicitudes ante la Dirección de Educación Privada de Corrientes, que supervisa esta institución, exigiendo una solución que permita reanudar las clases presenciales. A pesar de los esfuerzos, hasta el momento las respuestas han sido escasas y no se ha implementado ninguna medida concreta para mejorar la situación. La falta de agua segura, que ha sido un obstáculo durante gran parte del ciclo lectivo, reaviva la preocupación de la comunidad ante la posibilidad de que el problema persista hasta el próximo año escolar.
La educación en riesgo
La situación en la EFA Pejú Porá subraya las dificultades que enfrentan muchas escuelas rurales en Argentina, donde el acceso a servicios básicos como agua potable se vuelve aún más crítico en contextos de emergencia climática. Además, el cierre prolongado de las aulas físicas afecta el rendimiento y la continuidad educativa de los estudiantes, que dependen de la enseñanza presencial no solo para acceder a los contenidos curriculares, sino también para integrarse en un entorno de aprendizaje adecuado y seguro.
Las familias y el personal de la escuela insisten en la necesidad de recibir ayuda inmediata, ya sea a través de un sistema de provisión de agua potable o mediante la intervención de organismos de infraestructura que garanticen un suministro adecuado. La comunidad espera que, al menos en las últimas semanas del año, se pueda restablecer la presencialidad, ya que muchos alumnos deben recuperar aprendizajes fundamentales antes de cerrar el ciclo escolar.
Soluciones en estudio: ¿Una respuesta a tiempo?
Hasta ahora, las autoridades no han informado sobre un plan concreto que aborde la situación. Sin embargo, con el cierre del ciclo lectivo próximo, es imperioso que se coordinen acciones a nivel provincial para atender la necesidad urgente de esta comunidad educativa. La continuidad en la educación de los estudiantes de Paso Tala no solo depende del acceso al agua potable, sino que representa el derecho básico de los jóvenes a una educación de calidad y sin interrupciones 🚰📚.
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